El Tratado Hay-Bunau-Varilla fue un acuerdo firmado el 18 de noviembre de 1903 entre Panamá y los Estados Unidos, apenas unos días después de la Separación de Panamá de Colombia. Este tratado resultó fundamental para la construcción del Canal de Panamá, aunque también generó profundas críticas por la influencia que otorgó a Estados Unidos sobre el nuevo estado panameño.
Tras el rechazo del Tratado Herrán-Hay por parte del Senado colombiano en agosto de 1903, Estados Unidos intensificó su apoyo al movimiento independentista en Panamá. Este respaldo culminó con la declaración de independencia del istmo el 3 de noviembre de 1903. Apenas días después, el gobierno provisional panameño designó a Philippe Bunau-Varilla como su representante en las negociaciones con Estados Unidos, a pesar de que este último no residía en Panamá ni tenía una conexión directa con sus habitantes.
El 15 de noviembre de 1903, el Secretario de Estado de Estados Unidos, John M. Hay, envió a Bunau-Varilla un proyecto modificado basado en el rechazado Tratado Herrán-Hay. Este nuevo borrador buscaba adaptarse a las condiciones políticas y estratégicas que habían surgido tras la independencia de Panamá.
Bunau-Varilla, no conforme con la propuesta inicial, introdujo varias modificaciones al proyecto y finalmente redactó un tratado completamente nuevo, fundamentado en cuatro principios clave:
El tratado otorgó a Estados Unidos un control casi absoluto sobre la construcción, administración y defensa del canal. Entre los puntos más destacados se encontraban:
El Tratado Hay-Bunau-Varilla permitió a Estados Unidos alcanzar las ventajas que no pudo obtener con el Tratado Herrán-Hay debido al rechazo del Senado colombiano. Sin embargo, generó un profundo descontento en Panamá debido a las condiciones consideradas desfavorables para el país:
A pesar de estas controversias, el tratado marcó el inicio de la construcción del Canal de Panamá, una obra monumental que transformaría el comercio mundial al conectar los océanos Atlántico y Pacífico.
El Tratado Hay-Bunau-Varilla, firmado en un momento de inestabilidad y presión política, estableció las bases para la construcción del Canal de Panamá, pero a costa de la soberanía panameña. Aunque permitió a Estados Unidos consolidar su influencia en el continente, el tratado dejó un legado de tensiones que perduraron hasta la reversión de la Zona del Canal en el siglo XX.